Hasta hace poco, el mundo de la arquitectura consideraba los polímeros plásticos como materiales de construcción inferiores, útiles para generar superficies de fácil limpieza, pero despreciados al momento de diseñar aplicaciones a gran escala. Sin embargo, gracias a una serie de innovaciones tecnológicas, los polímeros se están transformando en una opción seria para configurar y revestir proyectos de arquitectura. Uno de los materiales más utilizados es el plástico a base de flúor, conocido como ETFE (etileno tetrafluoroetileno). Gracias a su uso en la fachada del Cubo de Agua de PTW Architects para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, los arquitectos están comenzando a valorar su capacidad de expresar una nueva estética y de reemplazar a otros materiales transparentes y translúcidos más costosos. Su aparición pública más reciente se puede ver en el armazón telescópico del proyecto 'The Sheld', diseñado por Diller Scofidio + Renfro en Nueva York.
ETFE fue desarrollado originalmente en la década de 1970 por DuPont como una película liviana y resistente al calor, para funcionar como un recubrimiento para la industria aeroespacial. Desde entonces, la película se ha utilizado esporádicamente en varios proyectos agrícolas y arquitectónicos, como cubiertas para invernaderos y protección para células solares. Luego, en 2001, el material tuvo su primera aplicación a gran escala como la membrana de encapsulación del Proyecto Eden en Cornwall, Reino Unido, una evolución natural del concepto de Biosfera de Buckminster Fuller. Arup, la consultora de ingeniería para el proyecto, eligió ETFE debido a su capacidad de regular de manera confiable las condiciones ambientales al interior del edificio, a través de la transparencia UV. La película se puede imprimir con patrones específicos y a través de capas para controlar las condiciones solares, lo cual era esencial para una estructura cuya función es albergar flora climática específica. Además, los arquitectos notaron el bajo coeficiente de fricción del ETFE, que evita que el polvo o la suciedad se adhieran a su superficie, reduciendo los requisitos de mantenimiento.
Al notar el éxito del EFTE como una gran membrana de superficie, Arup propuso el material para una serie de proyectos posteriores, como el Allianz Stadium de Herzog & de Meuron (2005) y el mencionado Centro Nacional de Natación Watercube, utilizado no solo por su estética y funcionalidad, sino también por sus cualidades acústicas. En estas aplicaciones, las capas de ETFE son llenadas continuamente con el aire de un sistema neumático, para crear cojines con forma de almohada que proporcionan aislamiento térmico y estabilidad estructural contra las cargas de viento o nieve. En ambos estadios, los cojines individuales se pueden iluminar con luces LED, cambiando de color para crear patrones únicos.
En los últimos años, ETFE ha explotado en el ámbito del diseño de estadios, presente en el SSE Hydro Arena de Foster+Partners, en el New Atlanta Stadium, de 360 Architecture, en el San Mames Stadium de ACXT, y en el Estadio US Bank de Minneapolis, cuyo techo ETFE es su aplicación más grande dentro de los Estados Unidos. Pero ETFE también ha sido utilizado en otras exploraciones, como en el diseño de SelgasCano para el 2015 Serpentine Gallery Pavilion. En lugar de usar cojines ETFE, los arquitectos envolvieron 19 colores diferentes de la película alrededor de un marco de acero mínimo, para evocar un efecto caleidoscópico. En otro ejemplo, el diseño de Kieran Timberlake Architects para la Embajada de Estados Unidos en Londres incluyó aletas ETFE que ayudan a proteger el exterior del edificio en sus lados este, oeste y sur, al mismo tiempo que admiten la luz natural y aumentan la visibilidad de las aves.
A diferencia de los plásticos potencialmente peligrosos para la salud, como el PVC, ETFE es fácilmente reciclable y duradero, y soporta condiciones climáticas extremas. Es rentable de producir y tiene un proceso de fabricación y transporte de bajo consumo de energía, gracias en gran parte a su peso ligero. Debido a su elasticidad, ETFE se desempeña bien durante desastres naturales como terremotos, y se auto extingue en caso de incendio.
Los polímeros plásticos parecen haber sido finalmente aceptados como materiales de construcción prácticos y exitosos, y ETFE ya se ha utilizado con gran éxito en varios proyectos arquitectónicos. Ahora depende de los arquitectos seguir descubriendo nuevas formas de utilizar este material.